jueves, 14 de marzo de 2013

El Rey León




Hace un mes fui a ver "El Rey León: El Musical".
 
Y, por esa misma razón, días antes vi el Blu ray de la película de animación de Disney.
 
Una edición cuidadísima a mi humilde parecer, y en el que se incluía un reportaje sobre el musical. 
 
He de reconocer que no estaba muy convencido de que me fuese a gustar. Había oído tan buenas críticas que pensaba: "Si lo ponen tan bien, voy a acabar creándome unas expectativas muy altas, y me va a defraudar".
 
Como siempre, estaba muy equivocado. Pero de eso hablaremos en un rato.
 
En el reportaje que incluía la EDICIÓN DIAMANTE (si no lo digo reviento) del Blu Ray venían los entresijos del musical, como se creó, porque confiaron en su directora, las opiniones de los responsables de Disney y unos minutos del espectáculo.
 
Y flipe en colorines, purpurina y unicornios rosas.
 
Me dije: "Como se parezca esto, una decima parte, a lo que voy a ver, me vuelvo loco".
 
Y así fue.
 
¡Qué espectaculón! Una puesta en escena increíble, qué musicalidad (PERFECTA LA COMUNIÓN MÚSICA Y PELICULA/ACTORES/BAILARINES), qué efectos, qué TODO.
 
La primera escena, la de la "presentación en sociedad" de Simba te deja con la boca abierta, sin saber donde mirar, si a los antílopes, a los elefantes, a los rinocerontes, a las jirafas...y todo ¡EN UN TEATRO!
 
Viéndolo así, hasta parece barata la entrada.
 
Recomendable al 100% el musical.
 
Ahora la película. Comencemos.
 
De pocas películas recuerdo el año de estreno. Fue en 1994, un año, como todos, muy importante.
 
Aquel verano fue la primera vez que probé la pizza, que vi un mundial, que acabé una colección de cromos (primera y única, la del mundial de EEUU) y que me encantó un jugador, Jurgen Klinsmann.
 
Pidieron una familiar especial de la casa y otra de pepperoni con bacon y extra de queso. Las comimos en aquel Telepizza situado en la plaza que estaba muy cerca del piso de mi prima, en Alcobendas.
 
Un sábado, unos meses después, mi hermana y yo convencimos a mis aitas y fuimos a Telepizza de Portugalete (aún no había abierto el de Santurtzi) a coger unas pizzas para , mas tarde, alquilar el Rey León en el antiguo videoclub Amigos, enfrente del Pazo Doval, en la Txitxarra.
 
Con 8 años ya inventamos el concepto, peli, cena y manta.
 
Una vez en casa, pusimos el VHS en el video de la sala y empezamos a ver la peli. Cuando se nos acababan los trozos de pizza, gritábamos a nuestra madre: "AMA, TRAE PICHAAAAA". Solo vino dos veces, así que, cada vez que terminábamos con lo del plato, íbamos como centellas a la cocina, donde nos esperaban mas porciones que meternos entre pechito y espaldita.
 
Entre tanto correteo por el pasillo, recuerdo, que me impacto y me gustó muchísimo el "bautismo de Simba", me acojone con las hienas y el "preparaos" de Scar, la muerte de Mufasa y lo di todo en el hakuna matata.
 
Como película, saca un diez. Mas conociendo, gracias a los extras, que era un "plan B" de Disney, que destinaba a sus animadores y guionistas mas veteranos a la película Pocahontas.
 
Quizá esto fue precisamente lo que dio el éxito a El Rey León, la poca experiencia, la juventud de sus creadores. Las ganas de hacerlo bien, de demostrar su valía.
 
Como producto Disney, un filón. Soy de los que creen que las películas de la factoría Disney nos han enseñado muchas cosas. Puede que sea porque las vimos siendo unos niños, no lo se. Pero mas de una generación lleva grabado, casi a fuego, todas las canciones de Disney.
 
Y sus mensajes.
 
Nos ha enseñado, de forma nada sutil, lo que es la traición, la envidia, el maltrato, las conspiraciones y la muerte natural o violenta, de los seres queridos.
 
También el ciclo de la vida: Naces, creces, te reproduces y mueres. Robar a los ricos para dárselo a los pobres, el valor de la amistad, la responsabilidad, que la belleza esta en el interior y el amor, entre padres e hijos, entre príncipes y humildes súbditas, entre asilvestrados hombres y educadas señoritas.
 
A los que no la hayáis visto aún (si existe alguien en la tierra), y a los que la visteis en la infancia, os invito a verla por vez primera o de nuevo, y disfrutarla con otros ojos y una mayor experiencia vital para comprobar que, aunque pasen los años, hay ciertas películas que siguen acompañándonos.


 

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